Ser un profesor no heterosexual en el aula

 

Milk, película basada en la historia del primer concejal abiertamente gay en la historia de la política americana, es un filme que nos inspira a vivir con la verdad y nos enseña que si vale la pena luchar por una causa, un motivo, una razón. En la segunda mitad del filme, cuando Milk está más que envuelto en la lucha por los derechos de su comunidad entra en debate contra su oponente, un político republicano ultraconservador en campaña para echar a los profesores gays de los colegios porque está convencido que sus hijos se contagiarán de la inmoralidad, serán seducidos o seguirán el ejemplo de sus maestros con una orientación sexual distinta a la socialmente aceptada, esto último es lo que pensaban no en el Perú sino en Oberá, Misiones en Argentina los directivos del colegio donde enseñaba Julián Björklund, uno de los casos documentado de discriminación que no es lo frecuente lamentablemente.

¿De dónde viene este retrógrado pensamiento? En pleno siglo XXI todavía existen argumentos en pro de la exclusión social. ¿Cuánto hemos avanzado en el tema de la no discriminación por orientación sexual en el trabajo o dentro de las aulas de un colegio de educación primaria, secundaria o universitaria? ¿Existen casos en el Perú de profesores o profesoras que han sido despedidos por ser visiblemente lesbianas o gays? Lamentablemente en el Perú tenemos antecedentes como el caso de Esther Vargas que por ser lesbiana le ocasionaron problemas en la Universidad de San Martín y seguramente otros que no conocemos. 

En el sector educativo los profesores tienen miedo en salir del closet debido a la falta de apertura en los centros de estudios o porque trabajan en un ambiente conservador, religioso o cerrado sin apertura a la diversidad sexual, simplemente no socializas con otros colegas o das a conocer tu vida porque te puede ir mal. En ese campo por supuesto que lo heteronormativo es la regla de acuerdo a lo socialmente aceptable. 

No sabemos donde queda la inclusión. No existe ninguna consideración ética, moral o mucho menos religiosa para discriminar a alguien por su orientación sexual o por su identidad de género. 

Las diferencias son todavía abismales, un profesor heterosexual si puede tener una vida académica y social más de apertura, pero un profesor gay o una profesora lesbiana tiene que esconder quien es porque no será aceptada o aceptado por su entorno laboral. ¿Acaso no se debe enseñar o promover en los colegios o las universidad el respeto, la tolerancia, la inclusión y que los alumnos o estudiantes se formen con un pensamiento crítico?

¿Qué pasaría en tu centro de trabajo si decidieras salir del closet?  La Ley de Reforma Magisterial (Ley N° 29944) del año 2013 señala entre otras cosas que existe el derecho al respeto y a la integridad, es decir, los profesores tienen derecho a desarrollar su labor en un ambiente que respete su integridad física, psicológica y moral y el derecho a un ambiente de trabajo digno, es decir, los profesores deben desarrollar su labor en un ambiente que respete su integridad física, psicológica y moral, libre de acoso sexual o cualquier forma de violencia. 

Además el Código Procesal Constitucional, en su artículo 37, se refiere a los derechos protegidos por el proceso de Amparo, entre los cuales se encuentra el derecho a la igualdad y a no ser discriminado. Este artículo enumera específicamente que el amparo procede en defensa del derecho a la igualdad y a no ser discriminado por motivos de origen, sexo, raza, orientación sexual, religión, opinión, condición económica, social, idioma u otra índole. 

A pesar de esta marco legal muchos docentes LGBTQ+ deciden no hacerse visibles por el temor a verse perjudicados de alguna forma en su labor o carrera profesional como por ejemplo con hostigamiento, acoso, burla o micro agresiones de sus pares o colegas, sanciones, rechazo de padres y directivos, o lo que es peor, un despido que muchas veces es encubierto o se cubre de no renovación de contrato con discursos o argumentos como que el estilo de vida no vaya de acuerdo con las reglas del colegio o la institución educativa privada de línea conservadora.

¿Cómo puede un profesor que se oculta para no producir conflicto en la escuela o ser despedido o marginado tener una saludable y productiva, un profesor que debe hacer frente a estereotipos y prejuicios frente a la diversidad, un profesor cuya conducta es monitoreada? ¿Se puede ser un buen docente sin efectos psicológicos de estrés, ansiedad, inseguridad o miedo? ¿Por qué solamente los profesores heterosexuales pueden visibilizar su vida personal y no los profesores gays o lesbianas?


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